Me cuesta escribir estos días. Septiembre se me vino encima como un torrente. Ya lo hemos hablado, me cuesta poner límite a mi tiempo productivo.
El sector de las artes es un lugar suspendido sobre la incertidumbre. Y yo creo que actúo como una hormiguita. Trabajo y trabajo por si llega el invierno, o lo que es lo mismo, por si mi carrera artística no cuaja y dejan de llamarme. Y es una mierda, porque no vivo celebrando cada cosita que hago, sino con un punto de preocupación como una losa a mi espalda. Ando estresada, con la agenda llena, pero tengo la sensación de que debería estar buscando trabajo para dentro de tres meses. Lo pienso en frío y me parece absurdo.
Pero al mismo tiempo, sé que soy una privilegiada por estar dedicándome a lo que me gusta. Parecía increíble. Nos dijeron que era imposible, dedicarse al arte, y aquí estamos. Muy poco a poco, aún precarizadas, aún aprendiendo a poner límites, aún sin creérnoslo demasiado. Pero esto ha sido todo hand made. Hay una metáfora que me fue revelada un día, sobre la diferencia entre ser un artista respaldado por una gran productora y ser un artista independiente. Es como correr en cinta y correr al aire libre. En ambas eres tú el que corre, pero en la primera hay una máquina que te impulsa, que te empuja a seguir corriendo, mientras que en la segunda, aunque el camino sea probablemente más hermoso, todo depende de ti, nadie va a mover la tierra debajo de tus pies.
Estos días he estado pensando en el amor como una fuerza contraproductiva. Compartir mi vida con alguien hace que deje el trabajo en segundo plano. La oxitocina le gana a la dopamina. Como si acariciar un cuerpo le rebajase al ruido mental. El amor como antídoto a la autoexplotación. Me gustaría decir: disculpen si no escribo demasiado, me estaba rindiendo al amor. Pero aún estoy regulando esto de dejar un tiempo sólo para compartir y disfrutar. Intento que no me coma la culpa. Confío en que llegará el equilibrio.
Si queréis apoyar a esta artista independiente y así tener más tiempo para los besitos, podéis comprar mi libro En un lugar limítrofe. Lo podéis encargar en librerías (Título: En un lugar limítrofe. Editorial: La Imprenta. Distribuidora: Traficantes de Sueños) o lo podéis comprar online.
Nos vemos el
5 de octubre en el Centro de Holografía y Artes Dados Negros, Ciudad Real
9 de octubre en el Museo Casa de los Tiros, Granada
11 de octubre en el Museo del Prado, Madrid
16 de noviembre en el Festival Bello Público, Alicante