Conversaciones con un pájaro varado 2
Recordais aquel pájaro del que os hablé, el que apareció en mi camino justo antes de cerrar el año, que movía las alas muy nervioso sin llegar a alzar el vuelo. Me vi tan reflejada en sus esfuerzos vacíos que le escribí un poema (lo teneis en letters anteriores). Ayer volví a ver al puto pájaro y la realidad era muy distinta. El pájaro ya no estaba solo, sino en grupo, y no había rastro de esa angustia que me transmitían sus movimientos convulsos. Lo vi clarísimo, era un baile y estaban jugando.
La escena funcionó como una revelación y pensé, por un lado, en la diferencia entre verse solo y verse acompañado, no tanto en el estado interno sino en la percepción externa. La imagen de la soledad lo carga todo de dramatismo, mientras que el cuadro grupal se tornaba lúdico. Luego pensé en lo errático de las lecturas que hacemos. Cómo la imagen del mundo está filtrada por lo que sea que nos suceda por dentro y entonces, el mismo pájaro puede estar sufriendo o disfrutando. Cuántas veces no habré visto la realidad, sino el eco de mis pasiones.
Siento que no fui justa con él. No le vi, no le di la oportunidad de ser otra cosa que no fuera un animal doliente como yo. Me sentí en deuda con la fauna del Barranc y escribí otro poema conversando con este pájaro, que dice así:
Oye pájaro escucha,
quería pedirte perdón
verás
hoy estuve paseando
y te vi, de nuevo,
moviendo las alas
en ese estado frenético tan tuyo
y pude entender
que no intentas hacer otra cosa
que no intentas volar.
Verás,
el otro día te vi solo y pensé
que tú eras yo o no sé, pero hoy
te vi con tu gente
con tus patos
con tus pájaros
y entendí
que todo era un juego
o mucho mejor
un baile.
Qué tonta que fui, sabes,
estaba triste y sola
y porque estaba triste y sola
te quise ver
inválido
despavorido
pero ya me encuentro mejor.
Sigo sin abrir un libro,
tampoco escribo demasiado.
Hablo con los pájaros
corro por el río
bailo, bailo mucho
y entiendo
entiendo muchas cosas
entiendo
que esta es mi escuela
y que el poema, si se lee,
es como vivir de prestado.
Te mando un beso, pájaro.
Volveré a verte.
Termino compartiendo otra reflexión que tuve en este mismo paseo tan fructífero: quiero ser madre por la misma razón que quiero vivir en el campo.
En la naturaleza y en los niños veo la esencia más pura de la vida, ese estado inalcanzable para la mente adulta. De los pájaros y los árboles aprendo cosas esenciales sobre el estar en el mundo. Pienso que mi deseo de ser madre viene por lo mismo. Quiero ser madre porque quiero contemplar la vida. Quiero ser madre para conocer la poesía. Estoy cansada de andar inventándomela. Escribí hace unos meses.
La semana pasada fue el re-estreno de Sorpresa, la primera pieza que escribí y dirigí con Cia. L’Abocador. Ha sido un proceso hermoso volver a juntarme con las chicas, recuperar la pieza y poder profundizar aún más en las escenas. Cada día me inundaba una sensación de gratitud por poder dedicarme a esto, al teatro, a la cultura. Poder ordenar mi vida al rededor de mi pasión.
Y después de Sorpresa llega Poesía Sintética, un proyecto en el que llevo meses trabajando mano a mano con Sr.Charli y que este sábado verá la luz. Hemos arrejuntado mis textos con sus paisajes sonoros y está quedando una cosa muy bizarra. Todos mis intentos son para infiltrarme en la industria musical. Este sábado 3 de febrero es el pistoletazo de salida del Festival de Poesía de Valencia VOCIFERIO y en ese marco tendremos el placer de presentar Poesía Sintética. El recital-concierto será a las 19h en el Teatre El Musical (Cabanyal), con entrada libre hasta completar aforo. Espero veros por allí. Además, llevaré libros y los estaré firmando.
Que esa es otra noticia, ya vuelve a estar disponible En un lugar limítrofe después de que agotárais la primera edición en dos meses. Sois unos bestias. Me emociona mucho que hagáis vuestras mis historias.
Eso sería todo por hoy. Gracias por estar aquí, por leerme, escucharme y verme. Seguim. Con amor
-Elsa Moreno