Las voces del caqui

Poesía expandida en el rural #3

He hablado unas cuantas veces de lo bonito de los espacios horizontales entre público y artista, cómo nos escuchamos y compartimos desde el encuentro físico. Y otra cosa que he aprendido es lo necesario de los encuentros íntimos y horizontales entre artistas -entre poetas, en este caso.

Vengo de una pequeña convivencia en La Surera, Almedíjar (Alto Palancia, Castellón), dentro del marco del Alto Palancia Lit Fest. Allí nos juntaron a un grupo de jovenes poetas becados para ofrecernos rutas artísticas por el parque natural de la Sierra Espadán y para hablar de ecopoesía.

La escritura es muy solitaria. Yo, personalmente, necesito soledad y silencio absoluto para entrar en el flujo creativo. Pero igual de necesario es saber salir de ese flujo, y sin vergüenza ni pretensiones, mostrar lo que has hecho; a modo de ofrenda o de dato curioso, siempre abiertas a recibir una impresión externa, una lectura, que se acerque más o menos al origen. Y luego volver a entrar en el flujo. Dentro-fuera. Contracción-dilatación. Inhalación-Exhalación. Es el péndulo vital.

Qué bonito ha sido verme rodeada de personas con tanta sensibilidad y tanta voluntad de juego. Creo que esa es la actitu con la que debemos abordar el arte. Desde un juego con el que te comprometes a muerte, pero si mueres, no pasa nada, vuelve a comenzar la partida. Con esa pequeña distancia emocional podremos recibir críticas sin sentir que nos arrancan la piel.

Del fin de semana me quedo con muchas cosas. Aunque la hoguera de la poesía nunca se extingue, esta gente maravillosa la ha avivado. Ángela Navarro, David Silvestre, Micki Garofalo, Fran Garofalo, Celia B Soul, Edurne Batanero… toda la organización de La Surera, Olga, Greg, los artistas invitados, Lima, Miguel, Amanda... Pero de toda la magia que invocamos estos días, me quedo con la meditación en la castañera. Una castañera de 400 años. Olga nos llevó hasta allí como punto final de una ruta por la sierra Espadán. Nos sentamos y cerramos los ojos. Empecé a escuchar cada detalle de mi entorno. El roce de las hojas, la corteza del árbol despegándose del tronco, los pájaros, las respiraciones. Entonces Olga colocó un caqui en mi mano. Al principio no lo reconocí. Tenía una textura medio blanda, como de una pelota de plástico. Hice trampas, abrí un poco los ojos y vi la fruta. Estuve un buen rato atendiendo al sonido de los dedos acariciando el tallo, seco y crujiente.

Cuando salí del trance, vi que habían dispuesto un mantel con otro caqui y un cuchillo sobre la tierra. La lógica habría sido cortar y compartir la comida. Pero claro, somos poetas, y aquello se convirtió en un ritual de psicomagia. Empezó Enrique Falcón, extirpando un pedazo del caqui y clavando en su lugar una nuez. Lo repitió en otro lado de la misma fruta. Aquella composición me parecía dulcemente grotesca, como un mutante de dibujos animados. Ane abrió otra nuez, la troceó y repartió los pedazos entre todas. Ángela dejó caer unas bayas. Yo escribí en un papel ‘‘dale tacto a la piel’’ y Micki sacó otro papel que decía ‘‘surco’’.

Ese día era el día de mi cumpleaños. Cómo no me voy a llevar todo esto a un plano místico. Mi interpretación del altar, con respecto a mi año venidero fue:

Abren mis veinticinco dos nueces y un caqui.
Me sostiene una castañera cuatricentenaria.
Pide tacto la piel. Esa
exposición al mundo
pasa por
el afecto y la afección.

Nada permanece inmutable.
Desde el juego, nos
transformamos, nos
transformamos.
Y el corcho
cae
como
ácaros del polvo. También
nos dejamos la corteza
en cada paso.
Esas
escamas de piel
invisibles son
nuestras hojas
doradas.

Para cerrar la carta os quiero compartir los libros de mis compañeras, porque de verdad que son todas unas talentosísimas de la palabra y hay que leerlas:

Ángela Navarro - Ultra, La Consentida

David Silvestre - Terror, La Imprenta

Celia BSoul - Ciudad de los otros, La Imprenta

Edurne Batanero - Infancia es una fruta, Vaso roto.

Micki - Ojiplático, Ole Libros

Y el mío, En un lugar limítrofe, La Imprenta.

Gracias por la compañía, siempre <3