La lección más importante que he recibido en cuanto a la creación poética es que no se trata de explicar las emociones, sino de generarlas. A esta le siguen: ‘‘vigilar el exceso’’ y ‘‘abandonar la herida evidente’’. Los créditos de estas líneas son para David Trashumante, poeta y gestor cultural que cambió mi manera de entender la poesía gracias a su Laboratorio de Escritura Poética, en Bibliocafé.
Ese desbordamiento emocional está bien como motor. Casi es una reacción fisiológica para las personas que tenemos este germen creador. Pero lo interesante está en ir más allá, cruzar el umbral de la emoción primaria y jugar con ella, en vez de exhibirla como un animal disecado.
He querido hablar de mi experiencia con el hambre infinidad de veces. Y lo he hecho, tampoco me he privado demasiado. Pero recuerdo el día en que leyendo esos textos sentí cierto pudor hacia mí misma. Me veía toda desmembrada y sentí que no era eso lo que yo quería reflejar. Yo no quería hablar del hambre. El hambre en sí no es lo importante, sino todo lo que le rodea: (desde) dónde, por qué, cómo y mientras tanto. ‘‘No quiero hablar del hambre. Quiero ser el rugido.’’ Corriendo lo apunté en un papel y lo colgué en mi corcho. Creo que algún día esa frase abrirá algún libro mío.
El Rugido es eso, un aviso del cuerpo, lo que está de fondo, ruido blanco, una llamada, muchas veces una llamada pendiente. Atender al rugido u obviarlo, son dos maneras de enfrentarse a la vida.
En esta newsletter pretendo volcar esas ideas que conforman mi rugido. Pajas mentales, referencias, divagaciones. Y quiero haceros cómplices. Os irán llegando pequeñas cartas a vuestro mail, que espero que os despierten ese hambre que yo siento por vivir -doy gracias que mi hambre ha virado-.
Dicho esto, muchas gracias por unirte a mi blog, por dejar que te acompañe y hacerme parte de ti.
Nos leemos.
-Elsa Moreno
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De nuevo, muchas gracias por acompañarme. Nos leemos.
-Elsa Moreno
Que idea tan potente, que motor tan bonito, que concepto tan salvaje.
Muy agradecido ✨❤️
Que lujazo escucharte rugir.